La depresión es un trastorno mental frecuente y cada vez va en aumento, se calcula que actualmente más de 300 millones de personas en el mundo lo padecen, de ellos, más de 800,000 personas recurren al suicidio. Estas cifras nos llevan a que ocurre una muerte por suicidio cada 40 segundos, con una mayor incidencia en los varones que las mujeres.

Se ha demostrado que vivir conflictos, catástrofes, actos violentos, abusos, pérdida de seres queridos y sensación de aislamiento puede generar conductas suicidas.

Es relevante mencionar que suicidio es definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el acto deliberado de quitarse la vida. Su prevalencia y los métodos utilizados varían de acuerdo a los diferentes países, sin embargo, el vínculo que existe entre el suicidio y los trastornos mentales, está bien documentado en los países de altos ingresos.

Otro dato a destacar es el hecho de que las personas que realizan actos suicidas, por lo general, los cometen de forma impulsiva en situaciones de crisis, en la que su capacidad para afrontar problemas es muy limitada.

Señales de aviso de suicidio

suicidio

 

  • Estado emocional alterado.

  • Alejamiento de la familia o amigos.

  • Desesperanza.

  • Expresan o tienen la sensación de ser una carga.

  • Alteraciones del sueño.

  • Falta de autoestima

  • Abuso en el consumo de sustancias tóxicas.

  • Apatía para enfrentar dificultades en su entorno familiar o social.

  • Descuido en su higiene personal.

  • Trastornos alimenticios.

  • Piensan que tienen pocos recursos para afrontar las crisis.

El suicidio es una de las condiciones prioritarias de programas de acción para superar la brecha en salud mental establecido por la ONU en 2008.

“El suicidio es una solución permanente a un problema temporal

Sugerencias para prevenir el suicidio

Si has identificado a alguien que pueda estar en riesgo de cometer algún acto de suicidio, te sugiero lo siguiente:

  • Crear una red de apoyo conformada por familiares, amigos o gente de confianza para la persona que está en riesgo, para generar una relación constante de acompañamiento.

  • Implementar actividades o tareas programadas que incluyan el comer, dormir, realizar ejercicio, esparcimiento y mantener el contacto con familiares y amigos.

  • Restringir el acceso a los medios utilizados para suicidarse, como pueden ser plaguicidas, medicamentos, utensilios punzocortantes y armas de fuego.

  • Mantener comunicaciones simples y breves cuando existan estados emocionales alterados.

  • Ser tolerantes, afectuosos y comprensivos con quien padece una conducta depresiva, ayudándolo a fortalecer su habilidad de resolución de problemas, mostrando diferentes soluciones a un conflicto.

  • Alejar a las personas que pueden estar detonando los conflictos emocionales en la persona con riesgo de suicidio.

  • Buscar ayuda psicológica y/o psiquiátrica que pueda darle atención profesional.